Que nadie piense que se va a quedar algún santo en la Iglesia, antes de que llueva hay que sacarlos en procesión, cuántos tronos salen, faltan hombres,...? Estas eran algunas de las preguntas que se hacía la gente de mi pueblo justo al acabar la misa del Jueves Santo.
Y Sí, salió en un pequeño recorrido nuestra procesión y a la falta de hombres, allí estaban las mujeres dispuestas a echarse al hombro a San Juan.
Y nuestros niños y niñas han marcado el ritmo con el sonido de los tambores.
Un hombre completamente inocente se ofreció a sí mismo por el bien de otros, incluidos sus enemigos, y asumió la redención del mundo. Fue un acto perfecto.